Capítulo 10

El toque que llegó fue tan suave y ligero que jadeé de sorpresa ante el leve cosquilleo en mi pezón erizado. Al principio pensé que era solo su aliento, pero no estaba caliente, ni frío tampoco. Finalmente me di cuenta de que me estaba haciendo cosquillas con una pluma.

—¿Te gusta, verdad? —pregunt...