Parte cuarenta y siete

—¿Vas a ser mi futura esposa? —me preguntó, y yo suspiré aliviada.

—¿Dije eso? —le pregunté, riendo mientras comenzaba a hacerme cosquillas en el estómago.

—Hm, creo que sí lo dijiste —dijo, haciéndome más cosquillas.

—¡Hades, para! —supliqué, lo que solo hizo que me besara el cuello. Me levantó ...

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