OCHENTA Y TRES

—Alex. Alex, espera—. La voz de Sasha resonó por todo el pasillo mientras corría tras Alexander. Lo agarró de la mano en el mismo segundo en que lo alcanzó—. Dime que nunca has sentido nada por mí.

Alexander apenas podía creer que esto estuviera pasando, apenas podía creer que no lo hubiera visto v...

Inicia sesión y continúa leyendo