CAPÍTULO 54

—¿Por qué dices eso, Matt? —insistí impaciente.

Él negó con su cabeza de forma frenética, como si en su interior se librara una lucha. Aspiró con fuerza y de forma entrecortada. Arrugó su frente y tragó saliva antes de abrirlos y posar su mirada triste y sufrida en mi rostro.

—Nunca puedo hacer fe...