Capítulo ciento doce

—¿Qué dijiste?! —chilló Jada al otro lado del teléfono.

Gen se alejó el teléfono de la oreja pero siguió sonriendo ampliamente. Jugaba con los pétalos del ramo que Matteo había dejado para ella en la isla de la cocina. Imaginó que él debía haberlo dejado mientras se cambiaba de ropa antes de hacer ...

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