Capítulo veintitrés

Genevieve jadeó cuando empezaron los golpes. Miró su reloj que marcaba las 12:30. Rápidamente dejó su vibrador en la mesita de noche y se arregló la camiseta de tirantes que se había enredado en sus hombros. Agarró el bate que estaba junto a la puerta de su dormitorio y caminó cautelosamente por el ...

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