Capítulo treinta y uno

—Parece que eres tú quien necesita que le digan que se aparte—observó Abigail desde el otro lado del teléfono.

—¿Por qué? A él le gusta ella, a ella le gusta él. Que se junten ya, ¿qué están esperando?—preguntó Sarah.

—Porque ella quiere hacer un buen trabajo—dijo Louise como si fuera obvio—. Pued...

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