Capítulo treinta y cuatro

Michele los esperaba en un reservado en la esquina más alejada del restaurante. Matteo asintió bruscamente a Frankie, el único hombre que eligió tener con él durante la reunión.

—Ah, hola chicos —saludó Michele.

El mayor de los tres Dons empezaba a mostrar su edad con el cabello encanecido y las l...

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