Ninguno de los dos miró hacia atrás

Enzo

La había estado observando desde el otro lado de la sala, no como los demás, llenos de lástima y distancia, sino con un dolor silencioso que vivía en algún lugar bajo sus costillas. En el segundo en que ella se giró, el ruido de la sala se apagó.

Vestido negro, rosas negras, esa tormenta ...

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