ADDAMS.

Whitney había pasado la noche conmigo, esta vez dormimos en la misma cama, ya era mía. No tuvimos sexo, no lo necesitábamos, dormimos envueltos y acurrucados en los brazos del otro. Solo quería sentir su cálido cuerpo sobre el mío, nada más, fue la mejor noche que jamás había pasado.

—Buenos días, ...