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Rudolph

Aparté mi comida a un lado, sin interés alguno. Esto se estaba convirtiendo en un hábito frecuente y fruncí el ceño ante lo que estaba haciendo. Había perdido el apetito. Mi estómago se retorcía solo de pensar en comer y me preocupaba debilitarme. Como no podíamos cazar y alimentarnos de sa...