Quédate conmigo 2

— En un café no puedo follar contigo — se deshizo de mi agarre y se sentó sobre el brazo del sofá, justo al lado de mi puerta y llevándome con él entre sus piernas, aferrado a la piel de mis nalgas, besando mi vientre que le quedaba a la altura de la boca, en aquella posición — recoge que nos vamos....