Amaia y Aidan

Amaia

Mis piernas abiertas, él entre mis muslos chupando mi sexo sin piedad y mis manos queriendo arrancar las sábanas del colchón que soportaba nuestros cuerpos sudorosos, coloreaban la tarde de rojo vivo, bajo las llamas de su deseo por mí y me perdición por él.

— Dime por qué lo has hecho — exi...