Aidan

Aidan

Tres polvos violentos me había tomado para calmarme dentro de mi mujer y traerla a ver a Andrew.

Y aún así, tuve que volver a follarmela en el coche de camino a la casa para que lograra estar lo más sereno posible, con la certeza en mi boca por el sabor de su coño, que ella era mía y de nadi...