Capítulo 37

El rostro ya sin color de Emily se volvió aún más pálido en un instante.

¿La odiaba tanto que deseaba su muerte?

—¡Esto es indignante! —la voz de Eleanor retumbó en la habitación—. Alexander, ¿cómo te atreves a hablar así? ¡Ella es tu esposa! Se desmayó, no volviste a casa, ¿y ahora deseas su muer...

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