Capítulo 9

Espera unos segundos, asegurándose de que voy a permanecer en silencio, y cuando lo hago, me da otra firme caricia en el clítoris y dice: “Buena chica,” haciéndome más feliz de lo que dos palabras deberían.

“Creo que cinco nalgadas deberían ser suficientes, ¿no crees?”

Dejo escapar un suave gemido...