número 18

Había pasado una semana desde el incidente y Lei lo había olvidado lentamente.

—Osito —Lorelei le tocó la nariz a Xander, dejando que una sonrisa adornara sus labios rojos como cerezas—. Es hora de dormir...

Xander se frotó los ojos con el dorso de la mano.

—Pero...

—Pero nada, cariño. Dormir te...