Epílogo

—Despierta, Samantha —dije mientras me sentaba en una de las sillas que había acercado a la cama.

—¿Griffin? —preguntó con duda mientras se frotaba los ojos y se incorporaba con torpeza—. ¿Qué está pasando?

—¿Por qué lo hiciste? —le pregunté.

—¿Hacer qué?

—¿Por qué me traicionaste? —pregunté.

—...

Inicia sesión y continúa leyendo