Frenético

Adea

Char tenía razón, él estaba increíblemente caliente, no, no solo increíblemente caliente. Era tan ardiente que me hacía temblar de deseo. Había algo en él que me hacía querer sentarme y abrir las piernas para él. Quería hacer todo lo posible para complacerlo, pero había algo más, algo más fuer...