El más viejo

No dijo nada, pero su mano acarició la parte superior de mi cabeza antes de parpadear y que los ojos brillantes desaparecieran. Shane había vuelto. Me envolvió con sus brazos más fuerte y yo rodeé su cintura con los míos.

—Lo siento —susurró Shane—. Lo siento por no haber estado allí.

—No puedes p...