Capítulo 79

Mi cuerpo se entumece de repente. Todo el confort y la sensación de paz desaparecen instantáneamente. —¿Estás segura, Vi?

—Nunca bromearía con algo así —responde fríamente—. Estoy cerca. Conduciendo a esta velocidad, llegaré a la manada en minutos. Dame diez minutos, máximo. El maldito renegado está...

Inicia sesión y continúa leyendo