EPÍLOGO, PRIMERA PARTE

Anabelle, Tres Meses Después

Todavía no lo había dicho.

No había dicho esas tres pequeñas palabras aterradoras. Te. Amo.

¿Por qué? Estupidez.

Al principio, había tenido demasiado miedo. Luego, quería que fuera especial, no solo soltarlo, sino que significara algo y fuera conmovedor y romántico y...

Inicia sesión y continúa leyendo