Capítulo 27: Cálido, pero no incandescente.

El sonido de pasos se hizo más claro.

Sabrina giró el rostro hacia la puerta justo cuando Clark entró cargando dos tazas humeantes.

—Advertencia: traje algo que sabe mejor de lo que parece —dijo, alzando las manos como si anunciara una entrada triunfal—. Caldito casero, cortesía de la cocina del v...

Inicia sesión y continúa leyendo