UNA MALA NOCHE.

Angélica y Carolina se sentaron junto a Hayami.

— ¿Te pasa algo?

Preguntó Carolina.

—¡Por Dios, qué afán de preguntarme de qué si me pasa algo! No es así.

— Estás muy pensativa.

—No. Solo estoy analizando mi próxima jugada.

—¿Jugada? No entiendo.

Frunció el ceño Carolina.

— Son cosas mías.

Dijo Hay...