Capítulo 26

Harper tenía un pie a medio meter en su zapatilla, el otro aún en el aire.

Ante sus palabras, se sentó de nuevo en la cama con una risa nerviosa.

—No me estaba yendo realmente.

Francis arqueó una ceja perfecta y llamó:

—¿Harper? —Su voz era inusualmente tierna.

Pero Harper lo sabía muy bien: cu...

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