Capítulo 37

El coche se había quedado en silencio después de que Ben comenzara a conducir de nuevo. Aún apoyando su cabeza en el cristal de la ventana, Belle notó que los edificios al borde de la carretera no eran los que solía ver en su camino a casa.

—¿A dónde vamos? —decidió preguntar.

—A mi apartamento.

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