Luis Anderson

—Cielo querida, no es una broma —dijo el Sr. White mirándola.

—¿Qué?

—Te vas a casar.

—¿Qué?

La mirada de Skylar recorrió a todos los que estaban sentados en la sala. Notó que todos tenían una expresión seria.

—¿Creen que pueden engañarme, verdad? —rió a carcajadas—. Impresionante actuación, debo decir.

Aplaudió y hizo una reverencia de cortesía.

—Gracias por intentarlo, pero no va a funcionar.

—Skylar —el Sr. White cerró los ojos y suspiró con desánimo.

Daría cualquier cosa en el mundo para no tener que poner a su hija en esta situación. Pero no tenía otra opción porque la empresa estaba atravesando una crisis que podría llevarla a la ruina. Buscó ayuda del famoso multimillonario, Louis Anderson, pero no sabía que estaba haciendo un trato con el mismo diablo hasta que Louis pidió algo a cambio de su ayuda: un matrimonio con su hija.

—Solo puedo estar seguro de que no me traicionarás si tengo algo muy preciado para ti —suspiró nuevamente al recordar las palabras de Louis.

Habían acordado que el matrimonio sería a finales de año, lo cual estaba a tres meses de distancia. Pero que Louis llamara para pedir que adelantaran la boda fue una sorpresa y un shock para él.

—Skylar, ¿confías en mí?

El Sr. White apartó todo sentimiento de renuencia de su corazón y decidió hablar con ella. Después de todo, es su hija y entenderá sus intenciones.

—Por supuesto, papá, confío en ti completamente.

—Bien, ahora papá quiere que te cases con alguien de su elección. ¿Puedes hacer eso por mí?

—¿Hacer qué, papá?

—Cariño, eres la única que puede salvar a la empresa de caer en la ruina —la Sra. White también se unió a la conversación.

—Mamá, ¿hablas en serio al pedirme que me case?

—Sí, cariño, hablamos en serio.

—Confía en mí, Sky, no haría esto si hubiera otra manera.

—Papá...

Skylar ahora tenía un río de lágrimas corriendo por su rostro.

—No puedes estar hablando en serio. Soy demasiado joven, papá, acabo de cumplir veinte.

—Lo siento, cariño.

El Sr. White se sintió mal al ver a Skylar llorar. La acercó a su pecho y la abrazó.

—Lo siento.

—Papá, no quiero casarme.

—Algún día tendrás que casarte.

—Pero la Navidad está muy cerca. Solo faltan tres meses. ¿Cómo se supone que voy a vivir con un extraño?

El Sr. White intercambió miradas con su esposa. Skylar aún no había aceptado casarse para Navidad, ¿cómo le dirían que tenía que casarse de inmediato?

—Skylar, confío en ti —el Sr. White le acarició el cabello y le secó las lágrimas.

—No confío en que sobreviviré sin mi familia —discrepó ella.

—No digas eso, Sky. Sé que sobrevivirás.

—¿Cómo? No sé nada sobre el matrimonio. Aún soy demasiado joven para casarme —Skylar lloraba, juntando las manos mientras suplicaba a su padre.

—Por favor, papá, no quiero casarme.

—Por favor, Sky —el Sr. White le tomó la mejilla y la hizo mirarlo—. Solo tú puedes salvar la empresa ahora.

Skylar se quedó inmóvil. Tenía los ojos cerrados, pero su mente estaba ocupada. Ocupada pensando en qué hacer. Ocupada pensando en una salida de esto.

No podía rechazar las súplicas de su padre y, al mismo tiempo, su corazón no estaba listo para aceptar este arreglo. Decidida a fugarse antes de la boda, Skylar abrió los ojos.

—Está bien, papá, lo haré.

—¿Qué? —el Sr. White estaba perplejo por su respuesta.

—Acepto —repitió Skylar.

—¿Aceptas casarte?

—Sí, papá, ya que estaré salvando la empresa y también haciéndote feliz, entonces lo haré.

—Gracias, querida.

El Sr. White la besó en la cabeza y sonrió a su esposa.

—Te dije que aceptaría. Después de todo, es mi hija.

—Estoy orgullosa de ti, querida —la Sra. White la besó en la cabeza y la abrazó.

Skylar también sonrió al ver a sus padres sonriendo. Sin embargo, lo que no había anticipado fue lo que sus padres dijeron después.

—Ve a prepararla, nos iremos en media hora.

—¿A dónde vamos?

—A casarte —respondió sinceramente la Sra. White. Había olvidado que solo le dijeron a Skylar que se iba a casar, nunca le mencionaron que se casaría de inmediato.

—¿Qué? ¿No se supone que la boda sería en Navidad?

—Sí, se suponía que sería en Navidad, pero...

—¿Pero?

La sorpresa de Skylar se reflejaba claramente en su rostro. ¿Cómo podía su plan haber fracasado tan pronto como lo había ideado?

—La boda se ha adelantado, Sky —afirmó el Sr. White.

—¿Adelantado? ¿Por qué?

Skylar miró tristemente la invitación que sostenía y se encogió de hombros. Siempre hay una salida. Esperó a que le dijeran la nueva fecha de la boda para poder ajustar su plan en consecuencia.

—Lo siento, Sky.

—Está bien, papá, solo dime cuándo será la boda para que pueda preparar mi corazón.

—La boda se llevará a cabo ahora mismo.

—¿Qué?

Skylar se tambaleó y la invitación se le cayó de las manos.

—¿Cuándo dijiste que es la boda?

—Es ahora, Sky —repitió el Sr. White.

—¿Ahora? ¿Como en este momento?

—Lo siento, Sky, yo tampoco quería que fuera así.

—¡Entonces, ¿por qué ha llegado a esto?!

—Acabo de recibir una llamada de él y dijo que quiere adelantar la boda para ahora.

—¿Él? ¿Quién es él? ¿Y por qué deberías aceptar sus demandas solo porque quiere ayudarnos? —Skylar gritó a todo pulmón.

—Quiere adelantar la boda porque va a viajar fuera del país y no volverá hasta dentro de un año.

—Entonces, ¡déjalo ir! Tendremos la boda cuando regrese.

—No tenemos opción en esto, Sky. Tenemos que hacer lo que él pide.

—¿Por qué? —Skylar se volvió hacia sus padres y ellos pudieron ver que estaba enojada con ellos.

—¿Por qué tenemos que aceptar todas sus demandas?

—No podemos ir en contra de sus órdenes o...

—¿Es Dios? ¿Por qué dices que no puedes ir en contra de sus órdenes?

—¿Quién es esta persona tan grande que no puedes ir en contra de sus órdenes?

—Es Louis Anderson.

—¿Quién?

Skylar se tocó el oído y miró a su hermana.

—Jamie, ¿escuchaste eso? Por favor, dime qué dijo papá, no lo escuché.

—Sky —llamó el Sr. White mientras caminaba hacia ella.

—Papá, ¿quién dijiste que es con quien me voy a casar?

—Lo siento, Sky.

—Solo dime, papá, ¿quién es?

—Es Louis Anderson.

—¿Louis quién? —Skylar de repente se sintió mareada y se desmayó.

—¡Sky!