Capítulo 18

Finalmente, cuando terminó, lamí la cabeza de su pene para limpiarla y luego usé el paño de cocina para quitar las marcas de mi lápiz labial rojo.

—Algunas no se quitan —dije, frotando una mancha que ahora era rosada.

—No te preocupes por eso —gruñó él—. Llevaré tu lápiz labial en mi polla cuando ...