Capítulo 40

Sus labios se curvaron de nuevo.

—Odio cuando la gente dice que eres mi hermana. Es como un cuchillo en el corazón, recordándome que estás prohibida.

Ella siguió tocando su boca, trazando sus labios. Tenía unos labios increíbles y esa sonrisa, era tan condenadamente hermosa.

—Entonces, ¿qué hacem...

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