Capítulo 30

Sentí que toda la sangre abandonaba mi rostro. Ella estaba allí en la puerta, mirándonos, y Dorian aún no me había soltado. Intenté moverme, pero él solo me sostuvo más fuerte.

—¿Cómo pudiste, Skylar? Te dije que lo amaba, pero tenías que seducirlo, ¿verdad? —dijo Anya.

Estaba a punto de responder...