Capítulo 35

—Sé mi conejita buena y ven— dije minutos antes de que su orgasmo inundara mi boca. Lamí y tragué sus jugos mientras gemía y su cuerpo temblaba con fuerza. Sentí sus piernas volverse flácidas y la envolví con mis brazos para sostenerla, evitando que se colgara. Tomé la correa de su collar mientras s...