Capítulo 32

Ya era mediodía y la princesa estaba terriblemente aburrida de solo contar árboles y lanzar miradas furtivas al cochero, que no respondía. Tampoco había comido y luchaba contra el impulso de pedirle que se detuviera para tomar un descanso.

Había intentado hablar con él, pero ya no se molestaba en r...

Inicia sesión y continúa leyendo