Capítulo 64.

El rostro de Mica perdió color, sintió que el corazón se le detenía, apenas escuchó el nombre de Kael. Ese maldito nombre era suficiente para helarle la sangre. Le bastaba recordar cómo la miraba, la manera en que amenazaba con poseerla le provocaba náuseas.

¿Por qué tuvo la desgracia de conocer...

Inicia sesión y continúa leyendo