♥ Capítulo 68 ♥

Finalmente, llegamos al hospital. Mientras sostengo a Isabella en mis brazos nuevamente, mi cuerpo tiembla bajo el peso de la desesperación y la urgencia. Cada movimiento es una tortura, y cada segundo es una eternidad. Al entrar al hospital, mi voz es un grito desesperado:

—¡Necesito un doctor aho...

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