Capítulo 4 Un amigo

Por Sergio

Estoy fascinado con el lugar.

Me siento orgulloso de esta inversión.

El gerente me habló de las reuniones de padres que suelen hacerse a principio de año, de los distintos colegios, en los campos de deportes, lo dijo por el club de campo que adquirí junto con este edificio.

Luego habló del personal de limpieza, y de los suministros.

También de profesores especializados.

Traté de concentrarme, de sacarme a July de mi cabeza.

-Tenemos que ofrecerles a los colegios el espacio del club del campo para pasar los sábados y domingos, eso se abona aparte.

Yo asiento en silencio, estoy aprendiendo al escucharlo.

-Eso no lo cubrirían los colegios, cada padre pagaría su parte, suelen dejar mucha ganancia esos eventos, también se hacen en el día del comienzo de la primavera y cerca de fin de año se puede hacer con niños de los tres últimos años, con formato de campamentos.

-Para eso falta bastante, comenzá a organizar encuentros con los padres de los niños más pequeños y ofrecelo en distintos colegios.

Digo pensando que los acompañarían los padres y eso significa estar todo un día con July. No me la puedo sacar de la cabeza.

-Revisá los colegios con los que podríamos firmar un contrato para ofrecer natación y algún otro deporte.

- ¿Aparte de educación física?

-Sí.

-Quiero ser el mejor club y el más seguro, aunque las ganancias sean menos, necesito devolverle el prestigio a este lugar.

-Perfecto, tenemos que estudiar cada paso a dar.

-Asegurate que el club de campo tenga todas las comodidades, tenemos que mejorar la imagen.

-Ya pongo a dos secretarias a trabajar en ese tema.

Miré la hora.

Faltan 15 minutos para que salgan los niños.

Fui al parque, los padres ya se habían acercado, busqué disimuladamente a July.

Charlé con algunas madres que se me acercaron, con algunas preguntas, les digo que el club cambió, que estamos para escucharlas, que cualquier duda se acerquen a las recepcionistas, que tienen una tarifa especial si desean hacerse socias, para practicar deportes o entrenar en el gimnasio, que las máquinas son de última generación.

Eso debe ser lo que se dice siempre.

Me metí en una actividad de la cual no tengo idea, aunque no debe ser tan difícil, soy licenciado en administración de empresas, tampoco estoy tan lejos de llevar a cabo la administración de un club deportivo.

Después de todo también funciona como una empresa.

Veo llegar a July.

Le miré los pechos mientras caminaba.

No sé qué me pasa, me está llevando a pensar a cada momento en desnudarla, en besarle los pechos, esos que vi hace años atrás.

Quiero hundirme en ella.

Decididamente me acerqué a ella.

-Hola July.

Nuevamente le di un beso en la mejilla.

Ella correspondió al saludo.

-No te pregunté por Gaby.

Se lo dije directamente.

Sonrió y me pareció hacerlo por compromiso.

-Hace… rato que no lo veo… no funcionó como pensaba.

Tuve que reprimir la sonrisa.

-Lo lamento.

No soné nada sincero.

-Gracias.

- ¿Hace mucho que te divorciaste?

Tenía que saberlo.

-No me divorcié exactamente… mi suegra estaba mal y él quiso acompañarla, se mudó con ella… luego, ella falleció, él sigue viviendo allí, está haciendo el duelo… dice, casi no viene a casa, supongo que debe estar más cómodo en la casa de su madre.

¿Ese tipo es imbécil?

Dejó sola a Julieta.

-Me dijiste que hace rato que no lo ves.

Necesito saber si es cuestión de días o de meses.

De todas formas… no me importa demasiado.

-Sí, hace tres semanas, y antes hacía dos y así, la última vez pasó 15 minutos a buscar ropa.

-Lo siento, ¿Cuánto hace que estás así?

-Cerca de un año.

Me muero por preguntarle cuánto hace que no tiene sexo.

Se lo puedo brindar yo.

Me acerqué a su oído para que solo me escuchara ella.

-Yo jamás te abandonaría.

Mi voz salió ronca., aunque fue casi un susurro.

Se sobresaltó.

Evitó mirarme y no me contestó nada.

Estaban saliendo los niños su actividad.

- ¿Mami quién es él?

-Es el dueño del club, y el hijo de una amiga mía, que vos, cuando eras bebé llamabas tíasa, porque se llama Sara.

- ¿Es como mi primo?

Me quedé petrificado con esa pregunta.

-No.

Esa negación me tranquilizó.

-Es un amigo, si necesitas algo y no me encontrás, no dudes en buscarlo, decile que soy tu mamí, espera que te lo presento.

-Mañana mami, quiero ver los dibujitos.

-Mañana te lo presento.

Estaba de espalda, tratando de escuchar la conversación.

No le dijo que podía ser su primo.

No me ve como a un sobrino, sería más difícil para mis planes.

Encontrarla hoy, me hizo recordar todas las noches que me dormí pensando en ella…

Ardiendo de deseo por ella.

Hoy comenzó otra vez mi obsesión con ella.

Quiero hacerla mía, como deseaba hacerlo ayer, solo que esta vez puedo intentarlo.

La recordé por bastante tiempo, pero con los años la fui olvidando.

Quizás por eso sentía que mi vida se sentía plana, sin emociones, sin ese ardiente deseo que me recorría día y noche todo mi cuerpo.

Comencé a quererla de nuevo, sí, lo reconozco, era mi amor platónico.

Ahora estamos en iguales condiciones y está sola.

¿Qué hombre la puede abandonar?

La voy a conquistar.

Tengo una sensación extraña.

Realmente quisiera poder enamorarla.

Quisiera hacerle el amor toda la noche, amanecer con ella.

Sabría amarla, hacerla feliz.

No me importa que tenga un hijo, estaría toda mi vida al lado de ella, no me importa cómo fue su matrimonio, lo que podamos construir nosotros, va a ser mejor.

No parecía estar demasiado mal cuando me dijo que estaba, prácticamente. separada.

No está libre totalmente, pero si hace tres semanas lo vio y fueron solamente 5 minutos, no sé cuánto hace que no tenga sexo.

Jamás se dio cuenta de que la miro como si fuera una estrella, o, como le dijo hoy esa madre, me babeo cuando la miro.

Fueron miles las noches me imaginé tener sexo con ella, que gemía mi nombre.

¡Cuántas veces en mi delirio la besé y le recorrí todo el cuerpo, imaginándome su sabor!

No es una niña, debe tener deseos como toda mujer, debe… necesitar sexo, la voy a seducir hasta que pueda llevarla a mi cama.

Voy a seducirla lentamente, a enamorarla.

Tampoco la voy a hacer muy larga, ¡La quiero tener!

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