Capítulo 41

—¡No te acerques, sal de aquí! ¡No, por favor, para, para, PARA! —grita Filippo, haciéndome despertar asustada. Enciendo la luz de la lámpara a mi lado—. ¡No, papá, por favor, duele, para! —susurra Filippo con una voz ahogada por el llanto.

Miro su rostro sudoroso, su mirada asustada. Filippo comie...

Inicia sesión y continúa leyendo