Capítulo 50

Vuelvo a mirar al hombre alto, que alterna su mirada entre mí y los hombres de negro. Mi corazón late con fuerza en mi pecho; soy demasiado joven para morir así, en medio de un tiroteo.

Respiro aliviada cuando el tipo baja el arma y la guarda en su cinturón.

—Vete, Julio, por favor —pide Amanda.

...

Inicia sesión y continúa leyendo