NUBES DE TORMENTA II

¡Mierda!

Giro todo mi cuerpo, confiando en mi peso para mantenerme de pie.

Mi apuesta funciona. En el último momento logro mantenerme erguido, evitando caer en el barro. Pero no estoy estable. Choco mi espalda contra el metal helado de las gradas, haciendo una mueca tanto por el dolor como por la ...

Inicia sesión y continúa leyendo