CAPÍTULO 10

Adrian Kael.

El olor a comida mezclado con sudor y óxido me golpea antes de ver la puerta. Mesas largas, casi completamente ocupadas. Cada grupo en su lugar, moviéndose con rutina mecánica.

Me quedo ahí, perdido, sin saber dónde debo sentarme.

Mis ojos recorren la sala—y se estrellan, como una pi...

Inicia sesión y continúa leyendo