Treinta y cuatro

Hacía calor otra vez hoy, el cielo estaba de un azul claro. Respiré hondo y me relajé. El aire era fresco y la hierba se balanceaba al ritmo del viento. Me detuve justo fuera de mi puerta y contemplé el paisaje. Era hermoso, por supuesto.

Un ruido me sacó de mi ensueño. Mi corazón dio un vuelco —Br...

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