Capítulo 14. El anillo y el fuego.

Samary.

En respuesta él sólo sonrió, una sonrisa de tigre, un tigre que se divierte con su presa antes de devorarla, cada uno de sus perfectos dientes, coronaba esos deliciosos y tentadores labios, mientras esa mirada enigmática me decía que no pensaba moverse hasta que no lo llamara su nombre....