Capítulo 2. Una nueva oportunidad. Parte 2.

Samary

Esto último lo descubrí simplemente abriendo las cortinas del gran y lujoso salón, Samary, vivía encerrada bajo muros, tenía las ventanas todas cubiertas con estores o cortinas, así que lo que primero hice fue dejar entrar la luz, y descubrí que vivía en uno de los edificios más altos de la gran Manzana, lejos de todo lo que me rodeaba allá abajo, confirmándome que, cuando la auténtica Samary entraba en este piso de lujo, quería aislarse del mundo. Miré el día que era en su móvil que también estaba sobre la mesa, gracia adiós, lo tenía bloqueado biométricamente.

Mi siguiente sorpresa fue descubrir que Samary y yo habíamos muerto casi al mismo tiempo, atendiendo a la diferencia horaria entre las dos costas, es decir, mientras yo moría en la costa oeste de los estados unidos de noche, ella había muerto en la costa este de madrugada, pero morimos en el mismo instante en el espacio, con en dos localizaciones y horarios diferentes, pero al mismo momento.

- “¿Es esto posible?”- murmuré.

Revisé más el móvil para saber sobre Samary, en el encontré su agenta de trabajo, estaba repleta, al parecer era muy famosa, y estaba muy cotizada, pero también estaba sobreexplotada, prácticamente no tenía tiempo para ella, también revise todas las aplicaciones, gracias a mis conocimientos en electrónica e informática, puede encontrar todo lo que buscaba, al parecer, para ser una Top Model, no era muy previsora y todo lo tenía encriptado con la huella del dedo o con la retina, así que pude acceder a sus cuentas bancarias, sus fotos, sus seguros de vida, todo.

Mi sorpresa fue al ver su cuenta bancaria, tenía dinero, pero no tanto para como para compensar el volumen de trabajo que tenía.

-“¿Dónde estaba acabado las cifras millonarias que se pagaba según sus contratos de trabajo?”- dije en lato mientras miraba sus gastos, para descubrir que tampoco eran exagerados, así que no era una derrochadora.

También descubrí algunos videos que ella tenía guardado en una carpetera con un símbolo de una carabela con dos huesos cruzados, como para hacer referencia que el contenido era peligroso, su entrada a esa carpeta privada estaba asociada al uso de la huella dactilar.

En ella había varios videos donde se veía a nuestra Samy actuar como una auténtica bruja, gritando a las asistentes, montando espectáculos y siendo grosera, mientras el resto del personal del set la miraban y murmuraban, alguien había grabado todo y se lo había enviado.

- “¿Estaría siendo sobornada?”- pensé.

Había varios videos más privados, en su casa, en este refugio que ella había creado, en ellos se veía a Samary sufriendo crisis depresiva, lloraba o se manteniéndose acostada sin levantarse en largo tiempo, alguien la había estado grabando como documentándolo todo, pero no salía en la cámara. Así que imaginé que alguien más sabía sobre lo que estaba pasando a Samary, alguien que verdaderamente la quería, debía localizarla, así que revisé todas las llamadas, había muchas, pero sólo había dos números que se repetían bastante, casi a diario, y en ocasiones más de una vez por día. Uno ponía “el cerdo agente”, imaginé que ese era el que había llevado a nuestra guapa top model al suicidio, y la otro ponía “Rayo de luz”.

Llamé a ese teléfono y me respondió después de varias llamadas.

-“Samy Suki, ¿se pude saber qué haces llamando a estas horas de la madrugada?, ¿no se suponía que ibas a estar tres semanas descansando? y ¿que no querías que nadie te molestara?, ¿qué haces llamándome, controladora?.”- me dijo con voz adormilada, no sabía que decirle, pero tenía que logra que ella, por lo menos ella, me creyera, sino no tenía ni idea como hacer de Samary De Angeleis.

-“Es muy urgente necesito que vengas lo antes posible, por favor”- el silencio que había al otro lado, me hizo pensar que no iba a convencerla, pero sólo respondió.

-“En media hora llego.”- dijo seca y colgó. Su voz había cambiado, ya no había el tono de broma del principio y supe que algo había hecho mal.

Pesé en la manera de hacerle ver quien era yo en realidad, y busque en la tablet que había junto al televisor para buscar la información de mi identidad real, de esa mujer que murió, en las profundas aguas del Pacifico. Al parecer la noticia de mi muerte aún no había salido. Tuve una idea, para demostrar quién era yo de verdad. Pero para ello, debía esperar, y seguí rebuscado entre los papeles que había sobre la mesa.

Pronto hallé el despropósito de contrato que tenía firmado con su representante, era un contrato de esclavitud que limitaba la vida útil de modelo de Samary a este vampiro. Lo revisé varias veces, y cada vez me parecía un contrato injusto, desventajoso para una de las partes, la de la modelo, ahora entendía porque tenía tan poco dinero en el banco en comparación con lo que trabajaba.

De repente me di cuenta del error que había en el contrato, tuve que mirarlo dos veces, y luego decidida por si podía equivocarme busqué por todos lados el bolso de la modelo necesitaba la cartera. La encontré dentro de un bolso de fiesta que estaba encima del tocador de su bello cuarto. Cuando busqué su carnet de identidad, sonreí.

-“No sé cómo lo hiciste, pequeña Samy, pero tu sola derrotaste a ese vampiro que te chupaba la sangre, con eso ese contrato no es legal en cualquier estado. Porque cuando lo firmaste eras menor de edad, la fecha donde pone tu edad está mal, y no hay ninguna firma de autorización paterna que respalde que tu firmar, eso preciosa es ilegal, así que ese vampiro cometía fraude, te prometo que voy a hacer que te devuelva hasta lo último que te robó. A partir de ahí todo ese trabajo que tenías también es ilegal e invalido, porque fue firmado por alguien que legalmente no es tu representante, tendrán que renegociar los términos contigo, o con tu nuevo representante.”- me di cuenta de que hablaba con la dueña del cuerpo que habitaban como si estuviera viva, en cierta forma lo sentía así. Gracias a ella volvía a la vida, que menos que denunciar todo lo que mi salvadora sufrió llevándola a la muerte suicidarse.

Quizás ella no pudo hacerlo por su estado emocional, y psicológico, pero yo soy mucho más fuerte, viví mi vida entre murmuraciones y burlas, por mi aspecto físico y mi inteligencia. Nunca tuve una amiga de verdad, y la que tuve terminó asesinándome a mí y a mi padre, junto a mi marido. Todo esto me ha curtido de una piel. No tenía nada que perder, ya había perdido la vida que podía perder más.

Justo cuando tome la decisión de revelar al mundo lo que Samary De Angeleis sufrido y porque, sonó el timbre de la puerta, eran la cinco de las mañanas.

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