Capítulo 35. La primera boda real de una renacida. Parte 2.

Samary.

Cuando el tío de Constantine, me entregó a mi futuro marido, al coger mis manos el debió de notar que mis manos estaban frían, más bien heladas de los nervios, y el hizo algo que continúo echando leña a mi desconcertada mente. Se llevó mi mano a sus labios, calentándolas con su aliento,...