Capítulo 75. La nueva vida de una renacida. Samary.

Samary.

- “¡Ya está bien tengo que saberlo ya, estúpido Daimon!”- le grité en griego, harta de que el estúpido alargara ya más lo inevitable, mi genio de diosa salió en toda su potencia.

Vi como mi marido se paraba en secó, sabía que había perdido, mi dictamen ya había salido.

No sabía si e...