CAPÍTULO 7

CHLOE DUARTE

Respiro hondo con los ojos cerrados mientras me recuesto en mi silla, puedo sentir la mirada curiosa de Matt incluso sin observarlo a mi lado. La idea de no pasar el día trabajando con él me pone un poco triste.

—¡Dios mío, princesa! Te ves más pálida que cuando entraste, ¿qué pasó?—, ...

Inicia sesión y continúa leyendo