CAPÍTULO 155: La Virgen y los Maestros, Parte 48

MICHAEL

—Dios mío, ¿qué te he hecho, nena?

No lleno la bañera con agua demasiado caliente, para no irritar su trasero adolorido. Mientras nos metemos juntos en la espuma, ella se recuesta entre mis piernas, su espalda contra mi pecho para que pueda abrazarla. Sus lágrimas se han secado y parece...

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