La adrenalina

Era mi última noche en casa de mi tía. Al día siguiente regresaría a la vigilancia sofocante de mis padres, a las miradas sospechosas y a las preguntas constantes. Pero antes, León cumpliría su promesa.

Me quedé en mi habitación, fingiendo leer un libro mientras esperaba que mi tía se durmiera. Cua...

Inicia sesión y continúa leyendo