Un postre andante

La cocina estaba silenciosa a medianoche. Había bajado a buscar un vaso de agua, vestida solo con una bata de seda abierta sobre mi cuerpo desnudo. Mi embarazo de seis meses hacía que tuviera sed constantemente. No esperaba encontrar a León allí, sentado en la oscuridad, esperándome.

Cuando encendí...

Inicia sesión y continúa leyendo