Capítulo 43. Impulsos casi desesperados

Michael

—¿Qué coño hacías? —pregunto con un humor de perros al haber esperado casi media hora —¡te dije diez minutos y tardaste casi media hora! —no grito, pero mi voz es firme —. Sabes que detesto la impuntualidad ella solo me mira con aburrimiento.

—Tenía trabajo que terminar “jefe” —aprieto tan...

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