Capítulo 52. Desgracia y dolor

Becca

Lo miro atónita.

—¿Qué? Quiero que salgamos un rato, Becca, eso es todo, no le des más vueltas, por favor.

Y con eso se levanta de la mesa, dejándome sola, sorprendida y más confundida que antes.

Al fin terminé con el trabajo pendiente —sí, yo también me fui a trabajar un poco—. Es...

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